A lo largo de las novelas y de la serie de televisión, nos preguntamos por qué el emperador de Nilfgaard, Emhyr Van Emreis, está tan interesado y obsesionado con encontrar a Ciri y conquistar todo el continente.
Aunque al final de las novelas se descubre todo el pastel, vamos a centrarnos en el por qué de todo para no revelar spoilers importantes de las novelas.
Para comenzar a entender las motivaciones del imperio así como la famosa "Llama Blanca" tenemos que empezar por el principio: La historia de Nilfgaard.
Historia de Nilfgaard.
Allá por 1210, en Nilfgaard gobernaba el Rey Fergus van Emreis, un monarca que trajo mucha controversia. Ocasionó múltiples rebeliones y se le asociaba con una figura poco eficaz como gobernante, que pasaba más tiempo con prostitutas que atendiendo las necesidades de su pueblo. Aunque también hizo cosas bien, las malas iban pesando cada vez más.
De hecho, en la serie podemos ver cómo los magos del Consejo estaban al tanto de todo esto. En el episodio 1x03, la hechicera Vanielle comenta: "El rey Fergus está demostrando ser un joven rey poco eficaz y excitable"
"Gastar el dinero del reino en mujeres mientras su pueblo muere de hambre", responde Stregobor. A lo que Tissaia añade: "Fringilla estará en Nilfgaard para finales de semana. Ella traerá cordura y pan a la gente".
En el año 1237, Fergus enfrentó otra rebelión, pero perdió. Este levantamiento fue liderado por otra figura histórica conocido como El Usurpador . Este personaje fue fuerte y carismático, y consiguió formar una coalición fuerte que organizó un golpe militar efectivo contra el Rey Fergus.

Veinte años gobernó el usurpador hasta que Emhyr decidió vengar a su padre, curado ya de su deformidad mágica.
La Llama Blanca y La Profecía.
Para situarnos en la línea temporal, poco después de nacer Ciri, cierto mago visitó en secreto a Emhyr, presentándose como confidente al servicio de aquellos que le seguían siendo fieles en Niilfgaard y que conspiraban contra el Usurpador. Este mago le ofreció su ayuda no sin antes desvelar sus motivos: a cambio contaría con los favores, privilegios y agradecimientos del que iba a ser el gran emperador de Nilfgaard. En ese momento el mago sacó unos fardos atados con piel de serpiente y de ese modo, Emhyr van Emreis conoció La Profecía, el destino del mundo y el que creyó su destino también. Descubrió, bajo su propia interpretación, "lo que tenía que hacer", creyendo que la profecía de Ithlinne se refería a él, y que era su futuro hijo del linaje de la Vieja Sangre el que estaba destinado a salvar el mundo. Emhyr creía que era su deber y su destino recuperar Nilfgaard y luego conquistar y unir al mundo contra la amenaza de la era del Hielo.
En Nilfgaard, la influencia de los partidarios de Emhyr seguía creciendo , y finalmente, con el apoyo de grupos de oficiales al frente y del cuerpo de cadetes, decidió llevar a cabo el golpe de estado contra El Usurpador, golpe que fue todo un éxito.
Debido a la obsesión con La Profecía y la antigua Sangre, Emhyr desarrolló en algún momento delirios de grandeza, y tomando el continente como suyo, Emhyr levantó un ejército de seguidores, incluido el joven caballero vicovario Cahir Mawr Dyffryn aep Ceallach. Rápidamente, Emhyr se creó a sí mismo un título elevado, que a menudo se menciona en la serie: La Llama Blanca.
Emhyr asesinó al Usurpador y al hechicero que en su día el transformó en un monstruo, pero lejos de estar satisfecho, el emperador recién coronado estaba seguro de que él era el "elegido" descrito por la profetisa Ithlinne y que su hijo estaba destinado a salvar el mundo. Pero para salvar el mundo, tenía que casarse con una mujer que portase la genética de la Vieja Sangre, el codiciado Gen de Lara, y luego engendrar a su hijo. Para lograr esto, Emhyr se decidió a conquistar el mundo.

Una vez que Nilfgaard comienza su invasión y su búsqueda de Ciri, en la serie podemos ver la filosofía del imperio en la que todos son iguales y todos deben servir a la nación. Se les proporciona comida y agua, pero también se espera que devuelvan el favor, cuando llegue el momento. Un ejemplo es el tratamiento de Nilfgaard con sus magos. Cada soldado es desechable para ellos, siempre que cumplan su propósito. Cada sacrificio es valorado, pero también esperado. Muchos magos nilfgaardianos voluntariamente dan su vida durante la Batalla de Sodden, muriendo y convirtiéndose en polvo, tal como lo hacen sus soldados en el campo de batalla. Los fines justifican los medios, y la profecía los dicta. El emperador Emhyr var Emreis, la Llama Blanca, cree que su hijo con Ciri está destinado a salvar el mundo, y ningún sacrificio es demasiado grande para lograr su propósito.
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